Cuando leemos un libro, nos comunicamos con su autor y él se comunica con nosotros al mismo tiempo. También podemos observar a sus personajes, comunicarse entre ellos; en los libros sobre los diálogos de Platón, por ejemplo, este filósofo nos presenta los diálogos de su maestro Sócrates con personajes de la época, incluso nos parece oír sus voces mientras leemos.
Se ha dicho que los libros son los mejores amigos; pues bien, nos acompañan allá donde vayamos y siempre que queramos llevarlos con nosotros. Nos hablan cuando estamos dispuestos a comunicarnos con ellos; si queremos, interrumpimos la conversación cuando se nos ocurre, sin que nos molesten, siempre están dispuestos a continuar e incluso a repetirla si lo deseamos. Por supuesto, el libro es un amigo que nos sensibiliza mucho; debemos cumplir con él en la medida de lo posible, por ejemplo: leer constantemente, cuidar, cubrir, subrayar adecuadamente, resumir y esquematizar el contenido. Seguro que nos lo agradecerá mucho y estará dispuesto a presentarse bien siempre que lo necesitemos.
Por un lado, está el libro con toda su paciencia y disponibilidad para servirnos y, por otro, están "los autores" que tratan de aportarnos su experiencia y conocimientos a través de este precioso amigo. Incluso muchos autores estaban preocupados por nuestra capacidad de captar los mensajes enviados a través del libro y presentarlos de forma sencilla, clara y concisa. Para aquellos que no han tenido la suerte de darnos esta oportunidad, otros se preocupan por ayudarnos a captar a través de diversas técnicas de lectura: rápida, veloz y comprensiva; así como técnicas de aprendizaje que nos permitan extraer lo más importante del libro.
La lectura de libros, apuntes de clase y folletos es esencial para realizar el estudio; pero a menudo los alumnos no tienen tiempo para leer todo el material que se les proporciona o que les indican los profesores. El estudiante quiere ser capaz de leer lo suficientemente rápido como para leerlos todos.
Básicamente hay dos tipos de lectura, una se llama LECTURA DE VELOCIDAD y la otra se llama.
LECTURA DE VELOCIDAD
La lectura rápida se realiza, en primer lugar, cuando se tiene el hábito de leer y, en segundo lugar, cuando los textos leídos no tienen ninguna complicación, como los periódicos, las revistas y las novelas. Uno puede leer rápidamente estos materiales para informarse y obtener una visión general del contenido de sus artículos en general.
La lectura de las noticias de un periódico puede ser rápida ya que el contenido no plantea ninguna dificultad al tratarse de temas bastante conocidos, pero la lectura de un libro de sociología o de ciencias, por ejemplo, requiere más concentración para poder entenderlo y la velocidad será más lenta al tratarse de información que necesitamos entender y memorizar para tenerla lista en el momento de un examen. Lo que no ocurre con los otros materiales de lectura ya mencionados; Pues bien, nadie será sometido a una prueba sobre lo que dijo el periódico en ninguna de las noticias.
LECTURA COMPRENSIVA
En la lectura de libros tenemos que utilizar lo que se llama lectura comprensiva, d propiedades. De algo.
La velocidad de lectura de libros, folletos y apuntes de clase puede mejorarse paulatinamente realizando algunos ejercicios en simulacros que proponemos a nuestros lectores.
LECTURA DE VELOCIDAD
La lectura rápida es aquella que se realiza con gran velocidad y comprensión de lo que se lee. Tenemos que empezar con el cheque
del número de palabras que leemos por minuto para determinar el progreso que estamos haciendo.
Con un reloj cerca de nuestro libro leemos durante cinco minutos y luego contamos el número de palabras leídas dividimos por 5 para determinar cuántas palabras hemos leído por minuto y escribimos este dato en un papel indicando la fecha al hacer la lectura, luego ponemos en práctica algunos de los ejercicios que indicamos más adelante para practicar la lectura rápida durante unos días, que pueden ser dos o cinco días, por ejemplo, y luego volvemos a leer el mismo libro, pero en un capítulo diferente, y después de leer durante los cinco minutos, realizamos la misma operación matemática para determinar cuántas palabras leemos por minuto y comparamos el nuevo número de palabras leídas ese día con el de la prueba anterior; De este modo, podemos darnos cuenta de la mejora conseguida. De este modo, podemos seguir evaluando la velocidad alcanzada durante un mes, un año o el tiempo que quieras.
Se ha dicho que la velocidad media de lectura de los alumnos es de 200 palabras por minuto, cantidad que puede ser superada por la propia lectura.
La lectura comprensiva es relativamente lenta pero efectiva; poco a poco podemos aumentar la velocidad, por supuesto, reducir en las partes del texto que tienen dificultad o mayor importancia, más aún, detenernos a analizar el párrafo y destacar lo esencial.
Si hemos utilizado la técnica del subrayado en un libro, un folleto o un cuaderno, basta con leer sólo lo que está subrayado para poder leerlo todo en unos minutos, lo que seguramente nos ha llevado varios días.
La forma de leer propuesta en la técnica del subrayado nos ayuda a encontrar los párrafos más importantes o los textos en general, de esta forma descartamos la información que no nos es útil. El subrayado nos obliga a localizar lo importante, a centrar nuestra atención en lo que nos puede servir en cuanto a definiciones, elementos, características o diferencias. También puedes hacer anotaciones en una hoja sobre lo que se ha leído y lo que es necesario.